Entre las luces y las sombras…

Nosotros debemos pensar que somos una de las hojas de un árbol, y el árbol es toda la humanidad. No podemos vivir los unos sin los otros, sin el árbol. (Pau Casals)
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Esta semana se cumplieron tres años desde el inicio de la pandemia. Aquel 14 de marzo el Presidente del Gobierno anunció por TV el decreto que nos obligaba a un primer período de confinamiento por quince días. Muchos dudamos que dos semanas fueran suficientes, pero casi nadie imaginó lo que se avecinaba. Desde aquel momento los medios de comunicación y las redes sociales permanecieron unidas en un único clamor, informando a diario sobre los afectados, los fallecidos así como de la incidencia del virus en nuestro país y en el resto del planeta.

Por primera vez algo nos afectaba como ciudadanos del mundo. La  OMS se dirigía y marcaba directrices para todos los países y la UE aunó esfuerzos dictando políticas sanitarias y económicas para sus miembros. Nos encerramos en nuestras casas. Fuimos modélicos como sociedad. Arrasamos los supermercados para aprovisionarnos, alteramos nuestras rutinas y dimos riendas sueltas a la imaginación, en un alarde de creatividad sin precedentes, para mantenernos sanos y cuerdos…

Por si no fuera ya bastante, el virus obstaculizaba nuestras emociones, despojándonos de los gestos y señas habituales, impidiendo los abrazos, los besos o cualquier otra muestra de cariño en la cercanía. Pero no nos conformamos porque, tal vez más que nunca, necesitábamos expresar los sentimientos. Por eso aprendimos un nuevo lenguaje que nos ayudara a transmitir el amor, el deseo, el cariño…Y en el mundo de los afectos surgieron nuevos códigos capaces de comunicar en la distancia las emociones más profundas.

Las nuevas técnologías estuvieron a nuestros servicios. Las pantallas nos mantuvieron conectados, salvaron nuestros trabajos convirtiendo nuestras casas en oficinas y colegios. Los balcones hicieron de escenarios y patios de recreo…Descubrimos que sólos no podemos hacer nada, necesitamos a los demás, somos interdependientes y estamos interconectados…

Y en medio de aquel tsunami, una oleada solidaria nos envolvió, y viendo asomar las orejas del lobo, una vez conscientes de nuestra vulnerabilidad, comenzamos a considerar que las crisis nos hacen más fuertes, que de esta saldríamos reforzados y mejores personas. O eso se nos repitió sin cesar. Y a pesar de las pérdidas humanas, del dolor por tener que dejar solos a nuestros familiares sin poder atenderlos o acompañarlos, muchos comenzamos a ver en la pandemia una oportunidad para practicar la resiliencia, la solidaridad, la compasión. Todos hicimos un gran esfuerzo, particularmente los sanitarios, con quienes contrajimos un gran deuda de gratitud por su conducta intachable, su entrega y su profesionalidad. Este sería un buen momento para valorar sus contratos, aumentar las plantillas y mejorar las condiciones de trabajo. Serían medidas necesarias e inteligentes  pues pudimos comprobar que los recortes de Rajoy nos dejaron una sanidad deficiente, que hacía aguas, incapaz de abordar tamaña situación y que si nos salvamos fue gracias a la profesionalidad de los sanitarios…

Echando la mirada atrás, ahora que lo hemos superado, todo me parece una terrible pesadilla, y haciendo un ejercicio de empatía, una locura afrontar semejante situación desde la responsabilidad de un gobierno. Ningún partido estaba preparado. Todos hubieran cometido errores. Lástima que la oposición no estuviera a la altura. Como siempre dio una cal y dos de arena, queriendo sacar provecho o haciendo leña del árbol caído, y como suele suceder, criticó y criticó pero sin hacer propuestas más allá de una ‘ley de pandemias’. Y aquel mismo año presentó una enmienda a la totalidad por la gestión de la Covid-19, acusando al Gobierno de los pésimos trámites llevados a cabo, culpándole de minimizar los daños y generar una crisis en la sanidad pública. Ver la paja en ojo ajeno, olvidando el brutal tijeretazo del que no nos hemos recuperado…Y entonces el hermano de Ayuso ayudó con sus mascarillas y ella con el Zendal, mientras los mayores morían en las residencias y sobre ‘los protocolos de la vengüernza’ la fiscalía corrió un tupido velo…

Siempre nos quedará la duda sobre qué hubiera sucedido si entonces hubiera gobernado Pablo Casado y su séquito. Por muchas dificultades que este gobierno progresista hubiera sospechado cuando se conformó, nadie, absolutamente nadie, hubiera podido prever semejante coyuntura, como tampoco la guerra, la erupción de un volcán o la crisis de las energéticas y ahora la inflación…Grandes retos en una misma legislatura… A toro pasado resulta fácil hacer demagogia, elucubrando sobre cómo lo habría hecho si los gobernantes hubieran sido ellos. Personalmente esa hipotética situación me genera dudas, sobre todo si pienso en los ERTES, en las rebajas de la gasolina, las ayudas para transportes o para el pago de facturas de luz, medidas de las que se están aprovechando los mismos que tanto las han criticado. Claro que no nos pueden sorprender, porque con el escándalo de las tarjetas black, quedó demostrado lo miserables que los que más tienen pueden llegar a ser…

Y justo ahora, cuando apenas quedan unos meses de legislatura y lo más difícil ya está hecho, a pesar de las incertidumbres económicas, justo ahora,  viene la extrema derecha para decir por boca de Tamames lo mal que se hizo todo, lo mal que está el país, y de paso,  proponer lo que consideran mejor para la España que ellos tienen en su cabeza, que es la que les conviene, la patria, esa que ya no existe de verdad y no es más que un rancio espejismo al que nos quieren arrastrar  y en la que, según parece, ni el propio candidato cree.

El escenario está preparado y los actores ensayan la puesta en escena. Por lo pronto el texto que leerá el candidato Tamames y que se ha ‘filtrado’, parece eludir cuestiones cruciales, que tal vez, podrían colisionar con la ideología ultraderechista como son el aborto o la violencia de género… Desde mi modesta condición de ciudadana de a pie, sigo sin comprender el sentido de una censura presentando a un candidato que discrepa del programa, que se supone, debería defender. ¿Cuál es el juego entonces? ¿Qué oscuras intenciones alberga la formación ultra y su líder? De momento el Sr. Tamames tendrá su minuto de gloria, el mismo con el que pasará a los libros de historia… Después, ya veremos…

Presuntos e implicados…

InformativosHuelva

Al parecer, la ciudadanía de a pie -entre la que me cuento- tendrá que esperar todavía más, hasta que los informativos de radio y TV cuenten alguna buena noticia.

Por si no tuviéramos bastante con la subida de la luz, los carburantes, la malversación,  la ley de ‘sí solo es sí’, y sobre todo, la cesta de la compra, ahora se destapa una nueva trama de corrupción, esta vez, en el seno del partido del gobierno. El escándalo llegó de la mano del diputado canario Juan Bernardo Fuente. Sí, el mismo que defendió en la Tribuna de los Oradores que «combatir el fraude fiscal es una prioridad». Ese. Tito Berni para los amigos, para algunos como para mí, un absoluto desconocido, al menos, fuera de su tierra –creo-. Uno de tantos que, sobre todo, se dedica a calentar el escaño y participar en una de esas comisiones por las que también cobra, pero de la que nunca se sabrá nada. Pues bien, como decía, saltó la noticia de una trama en la que se le considera presunto e implicado, bautizada por la policía como ‘caso Mediador’, por alusiones al quien desempeñaba dicho papel y de cuyo teléfono móvil se publicaron unas fotos en las que el señor diputado aparece en actitud poco elegante, mostrando torso flácido de hombre maduro, junto a colegas y prostitutas  o ‘amigas’, en una pose ‘afectuosa’ según él mismo  ha explicado. Sólo resta añadir, que en dichas fiestas, con pintas de cierta cutrez, según parece, también se consumían sustancias estupefacientes ilícitas…

Parece ser que este señor, elevado por su cargo a la categoría de ‘señoría’ tras las últimas votaciones democráticas, aunque de dudosa moral y escasez de ética a la vista de los hechos, ha olvidado que somos nosotros, los ciudadanos, quienes pagamos su sueldo. Personalmente nada me importa su vida privada, ni su ámbito de intimidad, que por cierto, no ha sabido preservar ni siquiera por respeto a su propia familia. Sus relaciones o sus vicios no tienen interés para mí como particular sino como diputado y representante del pueblo a quien, posiblemente, sus paisanos creyeron un hombre sin tacha, íntegro, que merecía el respeto y la honorabilidad de ostentar dicho cargo…Aunque pudiera ser, a lo peor, que simplemente fuera en las ‘listas’…Lo ignoro. En cualquier caso, no hay justificación para lo supuestamente sucedido.

Apenas difundidas las primeras pinceladas de tan golosa noticia, la oposición al completo se lanzó sobre la presa como buitres hambrientos al acecho, directos a morder la yugular, arremetiendo para llegar a las entrañas, sin receso ni piedad, olvidando que no se puede ‘nadar y guardar la ropa’ y que frente al ‘caso mediador’ de sus contrincantes, ellos tienen mil en el baúl de los recuerdos y otra causa más en curso: la ‘Kitchen’. Una vieja herida protagonizada nada más y nada menos que por el presidente de la Audiencia Nacional, presunto e implicado. Causa, que de inmediato, despertó el interés de los adversarios, quienes se arremangaron enseguida sacando antiguos cadáveres de los armarios, removiendo Roma con Santiago, al igual que los otros, todos a una…

No me voy a refugiar en el plural mayestático. Hablaré a título personal para decir que estoy harta de tantos espabilados que van de listos. Cansada de pagar el pato, de que me coman la moral y me humillen considerándome menos inteligentes que ellos. Hastiada de que me roben la esperanza, me hayan vuelto desconfiada, arrastrándome a pensar que ‘todos son iguales’. Estoy desencantada por el modo en que utilizan las instituciones en beneficio propio, de que después lo niegen con tanta cara dura y de que, encima, más de uno salga indemne… Exasperada de tanta política chunga, de las puñaladas traperas, de los palos en la rueda, de las trampas, de las puertas traseras, del ‘y tú más’, de ver la paja en el ojo ajeno…Empachada con tanto ego cargado de soberbia y prepotencia…

Y me pregunto: ¿Para cuándo una política decente, constructiva, elegante, inteligente, honrada, que anteponga el bien común a los interes personales o partidstas? Lo sé. Se me coló un pensamiento bastante utópico. Me conformaría con que hubiera un poco de decencia y algo más de inteligencia…

Respecto a esta última idea, la de la inteligencia, Maquiavelo escribió en El Principe una fase que me dio mucho qué pensar: «Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí; El segundo entiende lo que los otros disciernen, y el tercero no discierne ni entiende lo que los otros disciernen» No seré yo quien haga en voz alta la reflexión…Que cada cual haga la suya…Yo ahí lo dejo…

La amenaza del ‘la página en blanco…’

«El síndrome del folio en blanco, uno de los mayores temores a los que se enfrentan los escritores y mucho más común de lo que puedas imaginar».
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Llevo días intentando escribir aunque ningún texto haya salido adelante. Eso sí, tengo saturado el escritorio de documentos con diferentes encabezados que no llegaron a buen puerto. Aún así, puedo asegurar que mi voluntad no se ha quebrado ni decaido, y tras el desayuno y la lectura de la prensa, me siento frente al ordenador y abro una nueva página dispuesta a escribir algún post que resulte mínimamente interesante, coherente o al menos entretenido, aunque he de confesar que ha sido inutil, teiméndome haber sido presa del síndrome del ‘folio en blanco’. Una fobia en la que una especie de monstruo te acorrala, te roba la creatividad y la devora para alimentarse con ella.

Al principio me lo tomé con cierta calma. Asumí que no siempre se está al cien por cien, que era mejor no resistirse y hacer una pausa. Pero la situación empezó a incomodarme con el paso de los días, sobre todo porque echaba de menos escribir. Sin embargo, cuando una se siente atrapada en este círculo,  lo único que puede hacer es aceptarlo y tener paciencia, mucha paciencia…

A pesar de mis reflexiones y de mis esfuerzos, no he obtenido resultado alguno. Hasta que hace unos días se me ocurrió acudir a internet para averiguar qué se cocía en los diversos foros sobre este terrible padecimiento y, la verdad, me llevé una gran sorpresa a la par que me sirvió de consuelo, pues comprendí que es algo habitual, que hay etapas  y circunstancias que afectan a quienes escriben que duran lo que duran. Quiero decir, cada caso es único, no hay una regla fija, ni receta secreta a este respecto. Cada cual lo afronta como puede y resuelve como su dios le da a entender.

Entre las páginas consultadas, unas aconsejaban sobre qué actitud adoptar, otras sobre qué estrategias seguir para superarlo: brainstorming o tormenta de ideas, investigar sobre un tema, recopilar datos, dejar que el tiempo haga su efecto o compartir la experiencia personal, algo que posiblemente puede servir de inspiración, mejor aún, de alivio -como me sucedió a mí- al descubrir que no estás sola, ni eres la única, que no nos sucede sólo a nosotros y que si todos lo superan también nosotros lo superaremos.

El bloqueo mental es una sensación paralizante. Las ideas que antes se amontonaban en la cabeza y se peleaban por salir, se retraen, se vuelven perezosas, indecisas. Los dedos que con anterioridad sobrevolaban sobre el teclado a gran velocidad, dibujando las palabras precisas y exactas con gran fluidez, ahora merodean dudosos, vacilantes e infructuosos, frustrados por no ser capaces de alumbrar frases coherentes que compongan un simple párrafo. Y te inunda un sentimiento de incapacidad para ordenar los pensamientos que van y vienen sin que ninguno te enganche, te inspire lo suficiente o, al menos, te parezca apropiado para empezar…  

En circunstancias así ninguna musa te susurra ni visita, ni tan siquiera te hace un guiño. Ninguna te sopla al oído una palabra de aliento o de esperanza y las expectativas una y otra vez son nulas e infunden sentimientos de desasosiego, de inseguridad, hasta que te inunda un miedo irracional a que tal coyuntura se prolongue demasiado dejándote exhausta y vacía.

En estas estaba, cuando insistí y escribí en Google ¿qué hace un escritor ante el ‘folio en blanco’? Pinché la primera página y me detuve a leerla, comprobando que aconsejaba diferentes propuestas, concretamente, ‘seis ejercicios para afrontar el miedo al folio en blanco’, a saber: escribir sobre una situación muy concreta; prueba de escritura automática; inspiración a través de una imagen; describir un espacio concreto; relatar un viaje y cambiar el formato y el género…Continué leyendo el siguiente apartado titulado: “Bonus folio en blanco: ven a jugar a Ludus” y automáticamente me dirigí a un enlace que me condujo a una plataforma de escritores, aficionados y amantes de la escritura, un espacio o punto de encuentro creado para compartir el amor por la literatura, un territorio común dónde intercambiar ideas y textos que, a su vez, puedan servir de inspiración a quienes en, alguna que otra ocasión, se sientan abandonados por las dichosas musas…

La plataforma me resultaba desconocida, así que seguí investigando. La palabra ludus etimológicamente procede del latín y significa diversión, juego, entretenimiento, de ahí el vocablo ‘lúdico/a’. Sin embargo, en la antigua Roma, ludus designaba a la escuela elemental o primaria. El término, al parecer, ha sido adoptado por Libros.com que, entre otras propuestas, desarrolla una iniciativa animando a participar en diversas convocatorias de ‘retos literarios’ para escritores -entiendo que la mayoría amateur– que, posteriormente son leídos, votados y publicados en la red por los miembros de la comunidad. Cada reto está incentivado con un premio, consistente en una modesta cuantía económica…La participación exige estar previamente registrado y haber leído al menos el 25% de los trabajos editados en dicha plataforma.

Con toda esta información por delante, me pareció buen consejo escribir sobre mi vivencia, untexto el clave personal, ponerle palabras y expresar. Dar voz a una realidad que llevaba días reconcomiéndome, frustrándome, dejándome fuera de juego…Y he aquí el resultado. Contar la experiencia, finalmente, ha dado a luz un texto que narra con fines terapeúticos una situación concreta que da testimonio, y tal vez, pueda sirvir de inspiración, dar pistas o infundir ánimo a algún bloguero aquejado por el mismo mal.

Escribir libera, saca cada una de las identidades que hemos ido forjando a lo largo de nuestra vida. La escritura es el vehículo que permite viajar a través de la memoria para narrar historias reales o crear otras de ficción… Que así sea…

Me acuerdo…

Me acuerdo de aquel 14 de febrero. Recuerdo que amaneció pronto, frío, aciago y triste, vacío de esperanza tal y como venían siendo los siete últimos meses…

Me acuerdo de la ultima noche que pasamos juntos, de tu reclamo ininteligible que no fui capaz de comprender…

Me acuerdo de las idas y venidas en una especie de enajenación transitoria, de las caras desencajadas, de los rostros lívidos y ojerosos, de las miradas que no querian ver, de las palabras retenidas entre los labios, de las lágrimas que recorrieron nuestras mejillas, cada una sobrevenida cuando se dehacían los nudos de la garganta…

Me acuerdo de tu rostro, de tus ojos grises mirando la nada, del calor que escapaba de tu cuerpo cansado, enjuto, retorcido y maltrecho…

Me acuerdo de la fila de coches que nos acompañó, del murmullo, de los lloros contenidos, de la gente que se acercaba sigilosa, de las muestras de cariño de nuestros amigos, de los abrazos rotos por el llanto, de la larga y oscura noche que cedió el paso a un nuevo día sin que yo pudiera detener el tiempo…

Me acuerdo de las rosas blancas en la orilla mecidas por vaivén de las olas. De las pisadas en la arena que conducían hacia el infinito…

Me acuerdo de tí, de tu cara canalla, de tu media sonrisa, de tus travesuras, de tu tozudez hasta conseguir lo que querías, de tu insistencia, de tu comida favorita, de tu gusto por las gorras y las deportivas, de tus camisetas, de tu música, de tu estar en el mundo y de tu corta estancia en esta vida…

Me acuerdo de aquel día de febrero, tibio pero soleado que, sin embargo, me dejó helado el corazón…

Me acuerdo, sí, me acuerdo…

«Apoyá en el quicio de la mancebia…»

“Monjas,frailes, putas y pajes, todos vienen de grandes linajes”
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Prostitutas, rameras, meretrices, mancebas, busconas, furcias, fulanas, pupilas, cortesanas, zorras, pelanduscas, mujerzuelas… El castellano es rico en sinónimos con los que designar a las mujeres de ‘mala vida’, de ‘vida alegre’, vulgarmente conocidas como ‘putas’.

Sobre la prostitución se ha dicho que es el oficio más antiguo en la historia de la humanidad. El refranero da fe, recogiendo en numerosos dichos lo que el pueblo pensaba al respecto: “Monjas, frailes, putas y pajes, todos vienen de grandes linajes”, “Puta primaveral, alcahueta otoñal, y beata invernal” o «Tal para cual, la puta y el rufián», etc… Por otra parte, la historia de la prostitución se remonta a la épocas clásicas de Grecia y Roma en la que encontramos los primeros datos sobre este viejo empleo. Aunque una etapa interesante podría ser el siglo XVI, tal vez porque la documentación conservada permite reunir información concluyente para este período conocido como Edad Moderna. Numerosos estudios avalan un pormenorizado testimonio que permite conocer el fenómeno de la prostitución en el ámbito nacional así como encontrar determinadas sinergias con la actualidad.

Por aquel entonces, las mancebías acabaron siendo autorizadas y reglamentadas por la autoridad municipal y pasaron a ser socialmente consideradas ‘un mal menor’ pero necesario… Las prostitutas canalizaban los bajos instintos masculinos en favor de las mujeres honestas, reservadas a la maternidad. El oficio, contrariamente a lo que podría pensarse, estaba muy cotizado entre las féminas de baja extracción social, solas o sin familia ni recursos, cuya dedicación proporcionaba un sustento bajo la protección y ‘cuidado’ de un proxeneta, quien a cambio obtenía pingües beneficios. Las casas de placer proliferaron sobre todo en las grandes urbes, en ciudades portuarias como Sevilla (cabecera del comercio de Indias en aquella fecha) y universitarias, como Salamanca, en las que el número de lupanares se multiplicaban ante la masiva afluencia de clientes.

Generalmente estos establecimientos se situaron en las afueras (como los clubs de hoy), alejados de los centros donde se encontraban las instituciones de poder, apartados de los espacios de representación social, por aquello de mantener las apariencias y salvaguardar la honra de las mujeres decentes que solo copulaban para reproducirse siguiendo los dictados de la Santa Madre Iglesia…No obstante en el caso de Sevilla, dado su carácter portuario, la mancebía se ubicó en el centro, en el llamado Compás de La Laguna, en el barrio del Arenal. Una vez que desembarcaban, muchos miembros de la tripulación se dirigían hasta allí en busca de la libre fornicación que se practicaba en los prostíbulos, donde los hombres daban rienda suelta a sus instintos y deseos. Las ordenanzas municipales regulaban el cuidado y limpieza de estos locales, encargándose también de su seguridad, para lo cual destinaban algunos guardias que velaban por el mantenimiento del orden en el interior y el frecuente maltrato a las mujeres.

El dueño de la mancebía se conocía con el nombre de padre o tapador en el caso de los hombres, o madre, si eran regentados por mujeres. Igualmente, para que no pudiera haber confusión alguna, las meretrices estaban obligadas a vestir con determinados colores por lo que usaban medios mantos de color negro o marrón, acabados en picos de color pardo, de ahí la expresión “ir de picos pardos”, ni más ni menos que “ir de putas”, con perdón…Para ser distinguidos de otros establecimientos, las mancebías estaban pintadas de colores alegres y vivos, (en la actualidad también es así, además de luces de neón que los hacen en inconfundibles), además de adornar la fachada tallando alguna muñeca o figura femenina junto a la puerta de entrada donde también solían colgar ramos de flores, de ahí que a estas trabajadoras se las conozcan como ‘rameras’.

En cuanto a los precios, no eran muy elevados, acordes con el escaso salario de que se disponía entonces. La visita rondaba el medio real. Las pupilas más guapas, atractivas y deseables podían ganar entre 4 o 5 ducados diarios (unos 55 reales). En contrapartida las feas, con defectos físicos o mala apariencia, apenas ingresaban 50 cuartos (de real). De las ganancias una parte se entregaba a los padres (dueños) en concepto de manutención. La Real Hacienda, por su parte, sangraba estos locales con importantes impuestos que llenaban las arcas municipales. !Todo un negocio!

La historiadora Mary Elizabeth Perry, en su libro Ni espada rota ni mujer que trota, realiza un estudio sobre los orígenes de las mancebías sevillanas y su aceptación social, señalando la labor social de las meretrices: “sin su presencia -aludiendo a las prostitutas-, se pensaba que muchos hombres pondrían sus energías en la seducción de mujeres honradas, en el incesto, la homosexualidad o el adulterio. Esta era la doctrina cristiana que se fue elaborando desde el siglo XIII en torno a la sexualidad y a la prostitución, considerada pecaminosa pero necesaria».

Las Ordenanzas dictadas por el cabildo de la ciudad de Sevilla, a mediados del XVI, contemplaban 16 puntos referentes a la regulación de los prostíbulos de dicha localidad, de los cuales copio literalmente uno, el mismo en el que se inspiró nuestro sapientísimo refranero del que recojo el dicho ‘estar callada como una puta…’ o ‘pasar más hambre que una puta en cuaresma…’ Ahora veremos por qué…

Item, ordenamos y mandamos, prohibimos e defendemos que las dichas mugeres de la mancebía no estén ni residan en ella ganando en ninguno de los días de domingos, fiestas y quaresmas y quatro témporas y vigilias del año, antes mandamos que en los tales días las puertas de la dicha mancebía estén cerradas y que el padre no las abra ni consienta abrir para el dicho efecto, so pena a la muger que ganare los tales días en la dicha casa le sean dados cien azotes y al padre que lo consintiere e no lo impidiere y estorbare le sea dada la misma pena.

En fin, dum vivimus, vivamus...

¿Llorar o no llorar? Esa es la cuestión…

El dicho “lágrimas de cocodrilo”, llanto fingido para atraer la atención de otros, proviene de una antigua creencia griega según la cual los cocodrilos simulaban estar llorando para atraer a sus presas.
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No es la primera vez que escribo acerca de las emociones, más concretamente de las lágrimas como respuesta, más o menos habitual, a determinados estados anímicos. Los humanos estamos programados para llorar. Si lo pensamos bien, es lo primero que hacemos al nacer. Lloramos como contestación reactiva al estrés del acto de nacer. Desde ese momento en adelante, el llanto constituirá el medio de comunicación entre el bebé y los padres. Ante la sensación de hambre, dolor o incomodidad, los bebés acuden al llanto hasta que aprenden a hablar y a comunicarse verbalmente…

A este respecto circulan diversas corrientes sobre el grado de atención o rapidez con que los padres deberíamos responder al llanto de los niños, a fin de evitar en la medida de lo posible, el desarrollo de estrategias encaminadas a practicar el chantaje emocional o la manipulación a la que sometemos el entorno, primero inconscientemente de pequeños y después conscientemente de adultos. Es una realidad que con el paso del tiempo aprendemos a regular el llanto atendiendo a señales contextuales que nos avisan sobre la conveniencia, sobre los riesgos o los beneficios de llorar en un momento o circunstancia concreta. Llorar nos vincula con el entorno y con quienes interactuamos. Por tanto los seres humanos efectuamos todo un proceso de aprendizaje sobre el llanto y sobre los beneficios o privilegios que puede reportarnos pues, es habitual, que quien llora obtenga más atención de las personas que tiene cerca quienes, además, se mostrarán más proclives a prestarle atención y ayuda.

De adulto se aprende a contener las lágrimas, aunque una película mismamente, desate ese nudo en la garganta, en ocasiones, difícil de controlar. Generalizando podría decirse que algunos individuos son más emotivos que otros y se definen como ‘de lágrima fácil’, aunque la mayoría discrimine o seleccione en consideración a premisas sociales y culturales muy arraigadas que, las más de las veces, los coloca frente al eterno dilema: ¿llorar o no llorar? Esa es la cuestión…

Alrededor del llanto han surgido construcciones sociales con un marcado acento en torno al género que han originado algunos sesgos. Así, por ejemplo, los hombres que lloran son peor valorados que las mujeres. O se califican de estoicos frentes a las féminas consideradas más emocionales y propensas a la tristeza…

Sobre la fisiología de las lágrimas y el sentido de éstas, se han generado diversas teorías que circulan desde la antigüedad (Pitágoras, Hipócrates, Empédocles y Galeno) pasando por los egipcios e incluso más tarde, autores renacentistas como Leonardo de Vinci. Todos han disertado sobre la fisiología de las lágrimas, sobre cómo, por qué y para qué se producen. Tiempo después “Charles Darwin (1809-1882) publicó su libro La expresión de la emoción en el hombre y los animales en 1872, afirmando que los seres humanos expresaban sus emociones para aliviar la angustia. Reconociendo, por tanto, que las respuestas emocionales de los humanos evolucionaron de la señalización de animales no humanos para comunicar sentimientos y se convirtieron en instrumentos sociales que se utilizaban de manera flexible en la interacción humana”. El llanto es, pues, una respuesta a emociones positivas y negativas, Lloramos de tristeza o dolor, pero también de alegría y felicidad. Y en cada caso la composición química de las lágrimas varía. Eso también está demostrado científicamente…

En cualquier caso, en el acto del llanto hay una parte fisiológica que nos viene de serie y otra social, en la que nos educan y que aprendemos a gestionar según circunstancias…Y luego, claro está, existen enormes diferencias culturales que ven con buenos o no tan buenos ojos, el acto del llanto.

A margen de todo lo dicho, llorar como reír, proporciona una agradable sensación de bienestar y relax, de ahí que se pusiera de moda la técnica de la ‘risoterapìa’ inventada por el médico norteamericano Patch Adams, cuya vida fue llevada a la gran pantalla en una película -“Patch Adams”- protagonizada por Robin Wiliams. A partrir de aquí, parece obvio que a alguien se le ocurriera una terapia similar pero en el polo opuesto. Pues bien, ha sido en Japón –cultura no partidaria del llanto en público- Takashi Saga, también conocido como el sommelier de lágrimas, puso en marcha unos seminarios de lágrimas que celebra dos veces al mes, para que los asistentes lloren transformeando la sala en un mar de lágrimas, en la que sus protagonistas se sientes muy a gusto… Una terapia de gran éxito en una sociedad que dificulta y constriñe el llanto, interpretándolo como signo de debilidad.

Y es que llorar es bueno y sana. Por eso los japoneses, tan ceremoniosos y amantes de los rituales, han hecho del llanto colectivo otro ceremonial de relajación y sanación. Con ese objetvo existen clubs y hoteles en los que se reunen para experimentar el llanto a modo de catarsis colectiva, cosa que hacen viendo películas lacrimogenas o documentales de catástrofes entre otras cosas…Sí, por raro que nos parezca, cinco o seis personas se dan cita, pañuelo en mano, dispuestos de llorar hasta vaciar los lacrimales para quedarse exhaustos y nuevos, dispuestos para la siguiente sesión…

Yuka Muroi, seguidor de Takashi Saga, en quien inspiró su método, un exvendedor que celebra ceremonias de divorcio en Tokio, descubrió también los efectos positivos del llanto observando que las parejas que lloraban durante el proceso de divorcio, completaban el mismo en mejores termimos. Comprendiendo que reprimirse y encapsular las lábrimas es nocivo para la salud y acaba afectando el cuerpo, por lo que «ser capaz de llorar sin tener que preocuparse por las apariencias es un paso importante para que las personas consigan liberarse de la depresión”.

También la literatura ha tenido en cuenta el papel que desempeñan las lágrimas en nuestra vida emocional y social. Por eso Laura Demaría publicó en octubre pasado el libro «Guía práctica del llanto», «una emocionante combinación de memoria, pérdida y nostalgia, pero también de sueños, superación y alegría…». La obra de Tom Lutz, «El llanto. Historia universal de las lagrimas», dice nada más comenzar: “El llanto es un valor universal«. Estamos rodeados de llanto o de situaciones que nos harían llorar y sin embargo hemos aprendido a ocultarlo, por eso lo hacemos a solas o nos cubrimos la cara con las manos…

El filósofo Roland Barthes escribió: ¿Quién es ese “yo” que tiene “lágrimas en los ojos”? ¿Quién ese otro que, un día, estuvo “al borde de las lágrimas”? ¿Quién soy yo, que lloro “todas las lágrimas de mi cuerpo”?, ¿o que vierto al despertar “un torrente de lágrimas”? Si tengo tantas maneras de llorar es tal vez porque, cuando lloro, me dirijo siempre a alguien, y porque el destinatario de mis lágrimas no es siempre el mismo: adapto mi modos de llorar al tipo de chantaje que, a través de mis lágrimas, pretendo ejercer en torno mío…»

Finalmente, solo añadir que «el llanto es, a veces, el modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras…» (Concepción Arenal)

La revuelta de las ‘faeneras…’

Estos días se cumplen 105 años de la revuelta de las faeneras de Málaga…Mirar Al pasado para comprender el presente…
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No me cansaré de repetir la importancia que tiene mirar al pasado como oportunidad para comprender el presente. Porque la historia es tenaz, tozuda, se repite una y otra vez en diferentes espacios y tiempos… En ocasiones nos asombramos de las decisiones, actitudes o comportamientos que nos sugieren una forma diferente de competir contra la injusticia o contra los errores de nuestros gobernantes, sin tener en cuenta que, si echamos la mirada atrás, podremos decir: ‘todo está ya inventado’. Porque nuestros antepasados también tuvieron que luchar contra la inflación, el paro, las pandemias, las guerras…Y lo hicieron con escasos recursos, pero aun así, hoy por hoy, constituyen un referente y una fuente de inspiración…

Las consecuencias de la guerra de Ucrania comenzaron a hacerse sentir en año pasado. Los ciudadanos de a pie comenzamos a percibir una imparable subida de precios desde la energía, y los combustibles  a la cesta de la compra. Y todo esto en un tiempo en que recién empezamos a disfrutar de una normalidad que había sido alterada por la pandemia. El gobierno, arropado por Europa, comenzó a inyectar paquetes de ayuda que han paliado, aunque no demasiado, las consecuencias. Y en esas estamos, no solo nosotros sino toda Europa. Para muchos es una situación insólita, como la pandemia, pero no es la primera vez que ocurre según podemos comprobar en nuestra historia más reciente…  

Entre el 9 y el 21 de enero de  1918, hace ahora 105 años, se produjeron en Málaga una serie de movilizaciones populares conocidas como la Revuelta de las faeneras, considerada como el primer levantamiento femenino en dicha ciudad. Entonces como ahora, el alza de precios de los alimentos y productos básicos desató la rebelión de las mujeres trabajadoras, conocidas como ‘faeneras’, quienes protagonizaron una huelga general que se saldó con cuatro muertos y una veintena de heridos.

Por aquellos días el precio de pan subió hasta límites insospechados -55 pts/kilo- (hay que tener en cuenta que un obrero podía ganar entre 15,00 y 20,00 pesetas a la semana) con la correspondiente indignación popular. Fue entonces cuando las 800 faeneras recorrieron la ciudad hasta llegar a las puertas del Gobierno Civil, donde reclamaron a la autoridad pertinente, la bajada de precios.

El gobernador las recibió y les hizo las correspondientes promesas encaminadas al abaratamiento de los precios que, por descontado, no convencieron por lo que se decidió asaltar el Ayuntamiento y presentar al Alcalde las reivindicaciones lo que se hizo por boca de Concepción Mesa, una anciana trabajadora de la almendra…Tras oír las promesas del alcalde, la manifestación prosiguió emplazando a los movilizados a una asamblea a las puertas de la fábrica textil…Parece que el alcalde reunió al día siguiente a empresarios y comerciantes que se negaron rotundamente a bajar los precios, lo que obligó al alcalde a amenazar con imponer una tabla de precios…Pero la fuerte influencia del lobby industrial consiguió que el alcalde liberal fuera cesado fulminantemente y reemplazado por un conservador, más cercano a los intereses del gremio…(¿ No suena del algo?).

El día 14  se organizó un mitin en la sede de la Juventud Republicana en el que hablaron algunas oradoras ante la asistencia de un numerosísimo público (unas 2000 personas dentro y otras 6.000 fuera del recinto) y convocaron una manifestación para el día siguiente.  La comitiva partiría de tres puntos diferentes de la ciudad de Málaga que confluirían frente al Gobierno Civil, tal y como sucedió. Una vez allí y tras unas breves palabras las autoridades exigieron la disolución del encuentro y empezaron las cargas policiales y los disparos de la Guardia Civil…

El día 16, desde primera hora de la mañana, se inició un paro en señal de duelo por los fallecidos en la revuelta. A media mañana los comercios de la ciudad echaron el cierre, al que se unieron después los trabajadores de las fábricas. “Por la tarde, unas 12.000 personas se dirigieron en manifestación al Hospital Militar, donde se encontraban los cadáveres de los manifestantes. Las autoridades militares impusieron realizar el entierro de madrugada para evitar que se crease una comitiva fúnebre masiva”

A la huelga se fueron sumando sectores y se mantuvo al día siguiente mientras las autoridades negociaban la bajada de precios…

El día 21, una vez comprobada dicha bajada, la huelga finalizó. El levantamiento había triunfado…

Los tres Sabios de Oriente…

«Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle» (San Mateo 2, 1-12)
Adoración de los Reyes: Fran Angélico (Internet)

La palabra Navidad proviene del latín nativitas, «nacimiento». La Nochebuena hace referencia a la noche en que nació Jesús, aunque el calendario cristiano lo celebre el 6 de enero y la Nochevieja conmemora el último día del año según el calendario gregoriano por el que se rige la Iglesia. Pero la noche más especial es la de hoy, la noche de Reyes, que representa el colofón fnal del ciclo litúrgico de la Navidad…

Y si no que se lo pregunten a las miles de almas inocentes que se levantaron hoy nerviosas y preocupadas por si no fueron lo suficientemente buenas u obedientes como para recibir los regalos que pidieron…Generación tras generación los padres y madres tenemos la oportunidad de contemplar la ingenuidad en su estado mas puro y conservarlo para siempre en nuestra memoria. Y, aunque mucho han cambiado las cosas, porque no cabe duda del gran negocio que esta fecha representa para las grandes superficies y comerciantes en general, hay una parte ciertamente mágica que ha sabido conservar la esencia de una tradición milenaria en el devenir de la historia. El relato narrado en el evangelio de San Mateo sobre aquellos sabios de Oriente ha pervivido en la memoria colectiva y ha marcado una impronta en el imaginario cristiano adaptándose a los tiempos, a las mentalidades, a la cultura, a las circunstancias históricas y así ha llegado hasta nuestros días.

El evangelio de San Mateo (2:1-12) es la única fuente que habla de unos magos, aunque sin señalar el número ni que fueran reyes: “Después que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. ¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo…”. Por aquel entonces en muchas cortes de Oriente como Babilonia o Persia, contaban con numerosos astrólogos que, en ocasiones, asesoraban a los sacerdotes. Y según el relato de San Mateo, aquellos sabios siguieron una estrella hasta que se detuvo justo «sobre el lugar donde se encontraba el niño». Acerca de esta estrella también han circulado algunas hipótesis pues, a decir de algunos entendidos, podría tratarse de la visión del cometa Halley, que se acerca a la Tierra aproximadamente cada 75 años… Una vez que llegaron se acercaron al ‘niño’ y lo adoraron arrodillándose y ofreciéndole oro, incienso y mirra…Después, y tras ser avisados de las intenciones de Herodes, regresaron a su patria. Tal y como se puede comprobar Mateo utiliza el término latino magi, gentilicio usado para referirse a antiguas tribus medas y a sacerdotes (ya mencionados) con conocimientos de astrología. Nada indica que fueran reyes. No obstante hay que tener en cuenta lo que el profeta Isaías anunció en el Antiguo Testamento en Isaías 60, 6 y el Salmo 72, 10-15, en los que se dice que unos “reyes venidos de tierras lejanas” reconocerían a ese nuevo rey nacido en Israel, llamado a instaurar un reino de abundancia y de paz, creencias que permean en el texto de San Mateo.

En las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila (s. II), los magos aparecían representados como nombres persas y no fue hasta el siglo VIII cuando comenzaron a ser presentados como reyes. Fue entonces cuando recibieron los nombres de Melchior, Gathaspa y Bithisarea, concretamente las narraciones posteriores identificaron los tres magos: Melchor de Persia, Gaspar de la India y Baltasar de Arabia así como también los presentes que portaron con un marcado carácter simbólico: “el oro que alude a la condición de Jesús como «rey de los judíos»; el incienso, la divinidad del niño y su identidad como Hijo de Dios; y la mirra que hace referencia a la mortalidad de Jesús”. Posteriormente, ya en la Edad Media, comenzaron a ser venerados como santos.

Algunos historiadores y expertos han tratado de reconstruir el relato bíblico con el mayor rigor posible, ajustándose a las fuentes y este, más o menos, es el resultado aunque, no obstante, la tradición popular seguirá hablando de los Tres Reyes Magos de Oriente, los mismos que con su magia continuarán haciendo realidad los sueños de muchos pequeños y algunos mayores que conservan, a pesar de la edad, una pizca de inocencia…

Epílogo…

«Cualquier nuevo comienzo se forja a partir de los fragmentos del pasado, no del abandono del pasado».
Fotografía: mp_dc
‘Estaba escrito’. Luz Casal

Los días pasan apresuradamente. Uno a uno el calendario parece suspirar al tiempo que los deshoja sumiso, claudicando, porque no le queda otra, dispuesto a la rendición total hoy día 31, la noche más vieja del año… Mientras llegaba, la prensa, la radio y la TV han recapitulado las noticias más llamativas, las canciones más oídas, las palabras más usadas, las más buscadas en Google (este año ‘inteligencia artificial’), las nuevas incorporaciones de la RAE, los actores más populares, las bodas más interesantes, los políticos más valorados, los problemas que más precocupan y cosas así…Algunos de los periodistas con voz propia, tertulianos de raigambre, muy reconocidos, presentan en paralelo su propio balance en un tono claroscuro la mayoría, a la par que realizan propuestas y propósitos de enmienda que, casi seguro, no sucederán… Todo un inventario final del 2022 en los que prima una nota común: la superación de la covid como telón de fondo de unos años que permanecerán en la memoria colectiva durante generaciones…

Los seres humanos, en general, gustamos de los epílogos tanto como de los prólogos… De eso se trata. De saber mirar atrás para valorar, para divisar en la distancia los fallos cometidos, los errores por acción u omisión y, cómo no, los aciertos que nos animan y alientan a continuar y a iniciar un nuevo prologo, es decir, un nuevo comienzo. En definitiva: volver a empezar…Mirar atrás para comprender y adelante para rectificar. En ningún caso para abandonar. Así es (o debería ser) la vida…

Por todo esto, a pesar de la celeridad y la fugacidad con la que el tiempo acontece y se diluye, a nivel personal intento mantener la serenidad y la calma necesarias para despedir el año (a pesar de todo, por encima de todo) agradecida por lo bueno recibido de quienes conforman mi vida y la llenan con sus afectos, su amistad y su presencia. Ese círculo cercano que me sostiene y socorre, que sale a mi encuentro cuando los ánimos flaquean y el pesimismo se apodera de mi a pesar de los pesares. Así han pasado estos días, entre comidas -que no faltan- visitas recibidas y realizadas para felicitar y paseos por las playas que lucen radiantes, bendecidas por la bondad de un clima empeñado en regalar días de luz y temperaturas primaverales…Disfrutar de amaneceres maranjas y atardeceres rojos constituye un auténtico lujo del que intento sacar partido cada día, consciente -o eso intento- de la oportunidad que estar viva representa, dejándome embargar a la par por el recuerdo y la ausencia de quienes me faltan…

Y un año más toca hacer la lista de propósitos. Colocar en el horizonte nuevas metas e insistir en las no conseguidas, haciendo acopio de esperanza -sin desánimo- y de la voluntad imprescindible para persistir sin decaer en el intento, aunque esta cuestión se plantea harto difícil y, por momentos, me hace experimentar cierto vértigo al intentar adivinar o predecir qué me deparará el nuevo año. Más aún: qué me deparará el futuro…Mientras recorro el camino, cultivar el buen karma es mi destino, mi meta…

En lo colectivo -porque no vivo sola ni aislada del resto del mundo- quiero creer (aunque no estoy segura) que la situación no empeorará. Y por desear que no quede. Ya puestos a soñar que sea a lo grande. Por eso deseo desde lo más profundo de mi corazón que la inteligencia y la cordura actúen de la mano en favor de la democracia y, por tanto, de todos sin excepción. Que los ‘malos’, aunque ganen la batalla, pierdan la guerra. Que la paz se imponga por goleada. Que ninguna mujer muera a mano de ningún hombre. Que los que dirigen el mundo no pierdan la cabeza ni pulsen el botón rojo. Que los ricos se conformen con lo que tienen y los pobres puedan dejar de serlo. Que los niños y niñas vivan sin miedo. Que la ciencia y la investigación reciban el impulso que merecen para que los científicos nos curen y mejoren nuestra calidad de vida. Que las mujeres afganas vuelvan a sus aulas en la Universidad… Que los políticos dejen de mirarse el ombligo y actúen como lo que son: servidores públicos…Y que la justicia se quite la venda de los ojos para mirarnos cara a cara, de frente, con valentía y arrojo porque como dice el Talmud: «desgraciada la generación cuyos jueces merezcan ser juzgados…» Ojalá que no sea…

A los míos salud, paz interior y que nunca se sientan solos…

Y para todos vosotros -lectores y blogueros- (además de salud) paciencia, mucho ánimo y altas dosis de inspiración…

¡Feliz 2023!

Diciembre…

Fotografía: mp_dc

Cuando llegó el  Black Friday con sus rebajas y ofertas, todos sabíamos que diciembre estaba cerca, acechando… Para colmo, este año comenzó a lo grande, con un enorme puente que algunos esperaban como anticipo de las vacaciones de Navidad. Y, aunque el sol seguía haciendo guiños, sobre todo en mi tierra, finalmente, los frentes y borrascas llegaron hasta aquí en forma de inestabilidad, lluvia, viento, tormentas… El puente que tanto prometía transcurrió pasado por agua aunque contó con el beneplácito de todos, conscientes de la gran sequía que padecemos…Las luces iluminaron las ciudades y los mercados navideños abrieron sus puertas deseosos de vender a pesar de la crisis que padecemos aunque, no obstante, la hostelería no se queja más bien todo lo contrario, por algo será… En fin, poco a poco, diciembre va abriéndose paso sin prisa pero sin pausa, al tiempo que el paisaje urbano viste sus calles y plazas con una arquitectura efímera adecuada para la ocasión, en la que no falta el alumbrado, las pistas de patinaje, los vendedores de castañas, los sabores y aromas a dulces típicos que se venden en las calles y llenan los estantes de los supermercados, a la par que los centros comerciales adquieren ese tono peculiar de agitación y multitud que no cesará hasta después de Reyes.

Vivimos  el tempus felicitatem (tiempo de la felicidad) y el calendario nos autoriza para ser ‘oficialmente felices’. Todo parece confabularse para que así pueda ser, al menos en apariencia o de boquilla. Porque la verdad es que, en esta nube de felicidad que parece flotar en el ambiente, tan fugaz como pasajera, producto -por qué no decirlo- de una especie de contagio colectivo que circula a través de la memoria, hay ciertas dosis de autoengaño y pérdida voluntaria de conciencia… Las comidas de trabajo, el amigo invisible y las cestas de productos navideños que muchas empresas regalan, dan una tregua a las rivalidades, a la competitividad y, por contra, promueven el compañerismo. Todos hacemos un brindis al sol y elevamos las copas en un esfuerzo colectivo por parecer mejores con los amigos y, sobre todo, con la familia, incluso con quienes apenas nos relacionamos el resto del año…Todo en nombre de la Navidad… Será a partir del 7 de enero cuando recobremos la cordura y todo vuelva a su ser. Entonces podremos regresar a nuestras dinámicas cotidianas, a nuestras angustias, depresiones y estados anímicos varios. Que nadie se alarme, sólo es cuestión de unos días

Y mientras estamos en estas, el mundo sigue construyendo su historia y, aunque hagamos caso omiso para no sufrir, la guerra en Ucrania continúa sin visos de paz y dibuja una realidad triste, penosa y muy dura, de manera particular para los mayores y los niños. Los ucranianos viven su invierno más cruel con nieve hasta las orejas, temperaturas gélidas, a oscuras, sin calefacción y escasez de agua. Me admira tanta resistencia y resiliencia, al tiempo que me asusta la enorme capacidad para el olvido que el resto de la humanidad hemos desarrollado. Atrás quedaron las muestras solidarias, las acogidas de mujeres y niños, las campañas de alimentos y ropas…Esta sociedad tan fluida, tan líquida, nos está enseñando a adaptarnos por momentos, incapaces, como somos, de asimilar tanto acontecimiento y absorber tanta mala noticia (apuntemos dónde apuntemos: oriente, occidente, norte, sur…) en tiempo real…Es el precio del progreso, de la tecnología, de los medios que nos zambullen a cada instante en situaciones tan diversas que no nos da tiempo a adaptarnos y acabamos estresados o indiferentes porque no soportamos tanta información…

En España el gobierno intenta cumplir sus objetivos pase lo que pase y se trae entre manos la aprobación unas cuantas leyes que pretende sacar adelante antes que comience el nuevo año. Las derechas sacan todo su armamento en su versión más retro…Por lo visto para eso es oposición, para oponerse sistemáticamente, cada una a su modo: la ultraderecha machacona continúa mirando atrás, el resto aprovecha cualquier fisura para colar su mensaje, o sea, decirnos a las claras que ellos sabrían hacerlo mejor ¡Ja! Ya lo veremos, sin duda lo veremos…Porque este ejecutivo habrá cometido muchos fallos y puede que tenga fecha de caducidad, pero lo ha tenido muy complicado desde el principio, supongo que habría que tenerlo en cuenta…La ciudadanía está exhauta, desencantada, harta y, muchos de nosotros, políticamente huérfanos…

En la intimidad diciembre llega cargado de recuerdos de otros muchos diciembres vividos en un tiempo lejano, cada vez más presente que, aunque de vez en cuando dibujen una sonrisa, dejan también un tremendo sabor a nostalgia. Y experimento cierta resistencia a sacar los adornos de las cajas para desperdigarlos por el salón, mientras suenan en mi cabeza, cada vez más distorsionadas por el paso del tiempo, las voces vivas de quienes ya no están ni jamás volverán. Por eso este es un tiempo agridulce, de claroscuros, de luces y sombras, de querer y no poder, de sentimientos encontrados…Y aunque quienes aún están y estemos, nos unamos y reunamos para celebrar, el peso de la ausencia añade un punto amargo que me estremece y destempla el alma…A pesar de todo seguimos adelante…

Feliz Navidad…

Menos hablar y más decir…

«Los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir, los necios lo hacen porque tienen que decir algo» (Platón)
Imagen Internet

Esta semana pasada, con motivo del día de la Constitución, el Congreso de los Diputados abrió sus puertas al público, o sea, a la ciudadanía de a pie que acostumbra a conocer el hemiciclo desde casa, por la TV, la misma que ha recogido la noticia  en varias cadenas con idéntica expectación que el año pasado. No obstante, esta vez, los visitantes han insistido reiterando  a sus señorías y a la Presidencia de la Cámara, sobre la necesidad de cuidar el lenguaje, bajar el ruido, la intensidad para maximizar el respeto y elevar la dialéctica con el uso de una retórica de altura que se proyecte en una oratoria  tan respetuosa como contundente. Vamos que nos hemos dado cuenta del juego que algunos partidos se traen entre manos votando no a los presupuestos (y a prácticamente todas las iniciativas de la izquierda) para luego no presentar una sola enmienda…Algo parecido a lo que sucede con la Ley del ‘Sólo sí es sí’. Un enfrentamiento frontal y faltoso hacia la Ministra correspondiente pero ni una sola propuesta…En definitiva, parece que asistimos a una normalización de confrontación, de las palabras gruesas, del insulto fácil (o difícil) frente a una ausencia total de políticas constructivas que pongan más el acento en los beneficios de cara a la ciudadanía y menos en fines partidistas y/o personales.

Como en tantas otras ocasiones, cualquier excusa es buena para echar una miradita al pasado, hacia la Antigüedad clásica, a fin de comprender el presente y, de paso, poner en valor el enorme poder de la palabra y el arte de confrontar con dureza pero con elegancia, emulando a griegos y romanos formados en la retórica y la oratoria, materias que conformaron una parte importante del curriculum educativo vigente en Roma, cuyo sistema comprendía tres niveles: la escuela primaria (7-15 años) que recibía el nombre de ludus, en la que se aprendía a leer y a escribir. La escuela secundaria (hasta los 16 años) o “escuela de gramáticos”. Los primeros profesores de este nivel fueron griegos que enseñaban básicamente la lengua y la literatura griega. A ella asistían los hijos de los nobles y patricios. Y la escuela superior (16-18 años), la “escuela de retórica”, en la que se practicaba el arte de hablar en público, el arte de convencer, es decir, la oratoria. Las escuelas de retórica que mayor fama tuvieron estaban en Atenas, a ellas asistieron conocidos oradores como Pericles, Catón, los hermanos Graco  y, quizá el más reconocido: Cicerón.

La importancia de la oratoria se apoyaba en un sistema político y judicial que respetaba el uso de la palabra. El buen político debía se también un buen orador y ser consciente del arma tan poderosa que obraba en su poder sabiendo que, dominando el arte de convencer, tenía la capacidad de inclinar al Senado y a los jueces a favor de su causa. La palabra se convertía así en una herramienta poderosa a la que muchos no querían renunciar. De ahí que la oratoria fuera uno de los géneros literarios más evolucionados y cultivados sobre todo en tiempos de la República. Y por eso la retórica – como conjunto de técnicas o teorías de la oratoria- tuvo tanta importancia en el proceso educativo, sobre todo, para quienes participaban activamente en la política de Estado.

Desde la perspectiva de género, aunque hubo algunas mujeres que dejaron una marca indeleble en la Historia como Lucrecia y Claudia Quinta o Cornelia, madre de los mencionados Graco, y Fulvia, que comandó un ejército y acuñó monedas con su imagen, en general, las féminas no asistierom a la escuela superior, suponemos que porque no estuvieron impelidas, como los hombres, a participar en la vida pública, cosa que les estaba vetada, por lo que, en general, desconocieron la retórica.

Hubo, sin embargo, una excepción: Aspasia de Mileto (circa 470 a. C.– c. 400 a. C), conocida por su relación con Pericles (no se sabe con certeza si fue su esposa) quien, al parecer, fue maestra de retórica y logógrafa (o sea, historiadora y cronista), que tuvo gran influencia en la vida cultural en la Atenas del siglo V. Algunas tesis la sitúan regentando un burdel como hetera o cortesana  y como tal gozó de bastante libertad y pagó sus impuestos. En cualquier caso,  la convivencia con el político se consolidó (incluso tuvieron un hijo) y cristalizó en la creación de un círculo de amistades que reunía en propia casa lo más granado de su tiempo, incluyendo al mismísimo Sócrates… La importancia de Aspasia fue tal que algunos cómicos de su tiempo, como Aristófanes, llegaron a afirmar que los discursos de Pericles los redactaba ella, quién además influiría poderosamente en sus políticas…

Naturalmente tanta iniciativa no pasó desapercibida y la pareja sufrió el ataque de conocidos políticos que acusaron a Aspasia de corromper a las mujeres de Atenas. Según Plutarco, fue llevada a juicio acusada de impiedad” y, aunque fue declarada inocente, la polémica estuvo servida…Como siempre el sesgo de género, es evidente…

Salvando las distancias, las sinergias con la actualidad saltan a la vista, solo que el arte de la elocuencia y la oratoria quedaron en el olvido. Nuestros politicos hablan y hablan, aunque siempre hablen los mismos y en demasiadas ocasiones. Me pregunto qué hacen tantos diputados sentados en sus escaños – aparte de jalear al adversario y animar a los suyos- durante toda la legislatura. La mayoría nos resuktan personas anónimas de los que no conocemos sus caras y, mucho menos, sus nombres aunque cobran un suculento sueldo que ‘misteriosamente’ se ganan… Los de siempre, los únicos que salen a la palestra, aprenden consignas que repiten por aquí y por allá, da igual lo que se les pregunte…Y con demasiada ligereza a muchos, parece que les molesta aprobar leyes que nos doten que un amplio marco legal que tenga en cuenta las peculiaridades, la pluralidad, la diversidad…El célebre historiador griego Herodoto, contaba que cuando moría el rey de Persia quedaban abolidas todas las leyes y durante cinco días la gente podía matar, violar o robar y salir indemne. La moraleja enseña que al final, todos comprendían y asumían la necesidad de contar con un marco legislativo al amparo del cual todos y cada uno encontrara protección y defensa…

En nuestro caso ya estamos advertidos: la derecha derogará varias leyes progresistas en cuanto gane las elecciones…Y quien avisa, no es traidor…Mientras, mucho me temo que nada cambiará y, mucho menos, con las eleciones a la vista…

Más allá de la metáfora…

”En un momento de lucha por la igualdad de salarios, seguimos pensando que si pierdes un pecho, pierdes la feminidad” (Noelia Morales)
Imagen Internet

Detrás de un gran invento casi siempre suele haber una gran persona, en este caso, dos. Dos grandes mujeres tan valientes como decididas, capaces -cada una en su tiempo- de romper paradigmas para dejar su huella en la Historia. Por eso cuando Anne Bonny surcaba los mares junto a Mary Road allá por el siglo XVIII, ni ella ni nadie, hubiera llegado a pensar que sería recordada por algo más allá de ser una de las pocas mujeres piratas…Pero así son las cosas…

Para Anne, tal vez todo vino rodado desde su concepción, al ser hija ilegítima de una doncella que servía en casa de sus padres en los primeros años del siglo XVIII, en una pequeña localidad irlandesa. Su padre, un prestigioso abogado, tras dejar embarazada a la criada se escapó con ella para cuidar de su vástago. Primero se instaló en Londres y allí se encargó de la recién nacida a quien llamaba y trataba como a un niño. Luego se trasladó a la provincia de Nueva Carlina. El desempeño de la abogacía permitió a la pequeña vivir sin estrecheces y adquirir una buena educación aunque, no obstante, no exenta de ciertos rebrotes de indisciplina y rebeldía…

Pasada la adolescencia se concertó su matrimonio con un respetable miembro de la localidad, aunque se resistió para hacerlo para más tarde y por voluntad propia, en 1718, con el marinero James Bonny con quien, más adelante, viajaría a las Bahamas, no sin que antes el flamante marido intentara hacerse con la fortuna de Anne, quien fue repudiada por su padre antes que Bonny consumara la jugada. En todo caso, ambos acabaron estableciéndose en Nueva Providencia (Bahamas) donde los piratas ingleses habían autoproclamado la República Pirata. En este ambiente, en los años posteriores, Anne Bonny se relacionó con conocidos y afamados bucaneros, entre ellos, Jack Rackham, con quien inició una relación…

Poco a poco Anne llegó a formar parte de la tripulación de Rackham y juntos asaltaron la costa jamaicana, asaltos en los que ella participó y luchó como un hombre y, según cuentan los escritos, de manera tan competente como respetada…Según constan en algunos textos cuando quedó embarazada, Rackham la llevó a cuba y allí dio a luz a un hijo. Otras veriones cuentan que la dejaron con su familia e incluso que la abandonaron. En cualquier caso, lo que parece cierto es que Anne continuó su vida de pirata, se separó de su marido y se casó con Rackham.

Imagen Internet

Hacia 1720, cazapiratas junto a la armada real pusieron fin a sus días de piratería. Su barco fue apresado y ella, junto a Mary Road, también pirata, con quien entonces navegaba, fueron hechas prisioneras y juzgadas. Ambas fueron declaradas culpables aunque se salvaron apelando a una ley inglesa que prohibía ejecutar a mujeres embarazadas, por lo que permanecieron presas.

Mary murió probablemente en el parto. De Anne se sabe que dio a luz, aunque las noticias y circunstancias de su muerte no están claras. Hay quienes cuentan que murió en prisión, otros la sitúan en Carolina del Sur, donde fallecería posteriormente… Y hasta aquí la historia de Anne Bonny, rescatada cuatro siglos después, concretamente en el 2015, al hilo de otra historia que acabaría ligada a ella…

Todo comenzó cuando Noelia Morales sufrió una mastectomía a consecuencia de un cáncer de mama: ”Al salir de la mastectomía me aseguraron que me iba a sentir menos mujer, pero yo creo que tendría que perder mucho más que un pecho para dejar de ser mujer” –afirmaba en una entrevista-. Si alguien pierde un riñón o cualquier otro órgano de los que tenemos  duplicado, a nadie se le ocurre poner en duda la pérdida de cierto porcentaje de humanidad o considerar una disminución de su condición de persona. Por lo tanto someterse a una reconstrucción mamaria debería plantearse como una opción estética, a elegir en cada caso por cada una de las mujeres que se vean en este trance. Lo que parece no fue el caso de Noelia que tuvo claro que no quería volver a entrar en quirófano  si no era estrictamente necesario… O así lo confiesa en un artículo  publicado hace un par de semanas en el periódico La Vanguardia titulado, “No son los pechos los que nos convierten en mujeres”

La que suscribe conoce los efectos de la enfermedad en segunda persona, como acompañante, por lo que no me cabe duda del poder transformador en quien la padece y, en menor grado, en quienes la comparten. Por eso creo en la agudeza de ingenio y la capacidad de reinvención que aporta a sus protagonistas, quienes se ven inmersos en un proceso en el que no se puede dejar de luchar ni bajar la guardia. Y por eso me hago cargo y valoro que cuando Noelia optó por vivir con un solo pecho, harta de hospitales, intervenciones y quimio y el mercado de lencería no le ofreció opciones porque hasta ese momento dicho mercado se inclinaba, en exclusiva,  por ‘disimular’ o ‘aparentar’ que las mujeres mantegan los dos pechos a pesar de los pesares, por eso, digo, pongo en valor su iniciativa creando un tipo de lencería que mantuviera el atractivo de la ropa interior pero para una sola mama y no dos, rompiendo con ello todos los esquemas y patrones.

Es entonces cuando la metáfora del la mujer pirata, imaginada con el parche en el ojo, trasciende, va mas allá e inspira los sujetadores con ‘parches. Y es entonces también cuando la histria de Anne Bonny aparece en el imaginario para nombrar la marca que, hoy por hoy, se mantiene en el mercado para quienes rechacen la cigugia estética de reconstrucción que, lejos de lo que pueda pensarse representa un 58% de los casos.

La idea de Noelia revolucionó el mundo de la lencería, amplió y transformó el universo femenino para incluir a quienes podríamos considerar las nuevas piratas del siglo XXI: mujeres con un parche en el pecho. Ante el futuro de la firma su creadora opina que «Anna Bonny tiene condición de pirata, no piensa mucho en el futuro, seguirá supongo, en busca de aventuras. Pero ojalá un día desaparezca porque ya no tenga razón de ser, ¡esa sería la mejor noticia!».Ojalá…