Ni héroes ni villanos: escépticos, insolidarios y necios…

#YoMeQuedoEnCasa

‘Quien más quien menos’, como canta el maestro Sabina, lo ‘ha negado todo’…Por encima del bien y del mal, cuál seres tocados por una varita mágica, indestructibles, superiores, casi infalibles, algunos hombres que se saben grandes como los Estados que lideran, han mantenido una actitud ciertamente escéptica frente a la pandemia, mientra el resto de los mortales comenzábamos a padecer las consecuencias del coronavirus…

Tramp, haciendo gala de su prepotencia y de una ignorante sabiduría a la que ya nos tiene acostumbrado hizo alarde de saberlo todo, voceando que ‘el calor’ mataría al virus…Sólo era cuestión de tiempo o del clima…Incluso se atrevió a poner fecha al final de la pandemia que, según él, sucedería a primeros de abril…Se equivocó… Nueva York, Los Ángeles y Chicago están guardando desde hace días la cuarentena junto con 45 estados más. Las estadísticas son escalofriantes: 211.408 casos positivos por COVID-19 ; 4.718 fallecimientos; 8.805 recuperados.

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En el número dos: el premier británico, Boris Johnson. Al igual que su homólogo estadounidense no estableció medidas desde primera hora. Por el contrario, mantuvo en vigor las salidas de los ciudadanos, dejó que abrieran los establecimientos, bares y pub además de permitir que se celebraran maratones en algunas ciudades…Como si no fuera con ellos, como si el ‘brexit’ incluyera la exención de la enfermedad… Hasta que el Primer Ministro tuvo que rectificar, siendo uno de los primeros en contagiarse…A veces la vida nos obliga darnos un baño de humildad…No viene mal a ningún mortal, menos a quienes se sienten superiores al resto…Su discurso fue verdaderamente duro: «Debo sincerarme con ustedes, con el pueblo británico: muchas familias van a perder a sus seres queridos antes de tiempo», argumentando que «si se introdujesen medidas demasiado pronto para impedirlo terminarían siendo inefectivas». Finalmente decretó el cierre de gran parte de los establecimientos y la reclusión domiciliaria de la población…

En el tercer puesto tenemos ‘al hombre de los abrazos’: Andrés Manuel López Obrador, presidente de México que animó a sus habitantes a disfrutar de la vida y a continuar con las muestras de cariño, convencido de que el virus no les afectaría ni haría mella en su país. Afirmaciones atrevidas por parte de quien se cree investido con poderes extraordinario y virtudes sobrenaturales, entre ellas, la capacidad de adivinar el futuro…Y mientras él sentenciaba así de categórico, el COVID19 iba abriéndose camino, dejando una estela de infectados a su paso…El líder mexicano confía en el poder de los amuletos y de las plegarias: ‘Detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo’, un billete de dos dólares y un trébol de cuatro hojas «son sus guardaespaldas». Nada más peligroso que alguien con complejo de ‘Dios’…México también tuvo que decretar la cuarentena…

Y en último lugar, nada más y nada menos que el ‘supermachote’ Bolsonaro. El ultraderechista que se pasaba los consejos de la OMS y de su Ministro de Salud por los bajos fondos, lugar por donde suele pasarse la mayoría de los temas y cuestiones sociales que no le preocupan porque no entran en su mente estrecha y retrógrada…Por dos o tres veces despreció la emergencia sanitaria y tal como hiciera nuestro Ortega Smith, salió a darse un baño de multitudes, cual ‘pecho lobo’ , abrazándose con sus simpatizantes, lo que provocó numerosas críticas y hasta tres solicitudes de ‘impeachment’, cosa se lo trae al pairo…«Este virus ha traído histeria y algunos gobernadores, a mi entender, están tomando medidas que van a perjudicar mucho a nuestra economía» Afirmaba. Eso además de declarar dos días de fiesta por su cumpleaños y el de su esposa…Hoy por hoy, Río de Janeiro y Sao Paulo concentran en mayor número de casos y han decretado el estado de emergencia, desmarcándose del Gobierno federal…

Y esta es la imagen de la sin razón…Las tumbas cavadas en el Brasil, a costa de la vanidad de Bolsonaro para vergüenza de todos…

Nadie está tan cerca de la estupidez como aquel (o aquella) que se cree naturalmente sabia… Estas grandes naciones se merecerían gobernantes más preocupados por su ciudadanía y menos atentos a sus ambiciones… Más cercanos a las miserias terrenales y menos ocupados en su inmortalidad…No son ni héroes ni villanos, simples mortales escépticos, insolidarios y sobre todo, necios… Y líbranos de mal… Amén…