
Esta es también una imagen de la pandemia. La reclusión y la paralización de la actividad económica y los ajustes empresariales a través de los ERTEs, han dejado en la cuerda floja a muchas familias asalariadas cuyas hipoteca y gastos fijos de la casa se han llevado por delante los pocos ahorros que, con trabajo y sudor, comenzaban a guardar… Para algunos es la primera vez que necesitan recurrir a la ración de alimentos que se reparten semanalmente en las diversas asociaciones oficiales o en los nuevos puntos de reparto nacidos gracias a la voluntad vecinal que cede una pequeña parte de su compra a fin de paliar las carencias de quienes se quedaron sin nada…Son las colas solidarias y ellos los nuevos pobres de ‘solemnidad’…
El Derecho Civil de la España liberal entre 1833 y 1868, instituyó la figura del ‘pobre de solemnidad’, una etiqueta que designaba a todo aquel ciudadano que había tenido trabajo y casa pero por motivos coyunturales lo había perdido todo, convirtiéndose de inmediato en ‘pobre oficial’, alguien venido a menos, a mucho menos, una condición sobrevenida y no por nacimiento… Con los nuevos tiempos la política ha desarrollado determinados eufemismos destinados a disfrazar la pobreza, maquillando un concepto de difícil cabida y aceptación en nuestras sociedades modernas. Es así como comenzó a hablarse de ‘pobreza energética’, ‘alimenticia’ o ‘infantil’…apellidos poco ilustres para sectores de población tremendamente frágiles que subsisten caminando sobre el borde de una cuchilla, intentando no cortarse la planta de los pies…Algo que resulta casi imposible… Nuestros políticos y gobernantes no han dejado de ‘inventar’ expresiones con el único fin de mitigar o minimizar su auténtico contenido semántico por resultar demasiado áspero o grueso, lo que hacen intencionadamente para construir un discurso difuso y hasta versátil, fácil de corregir que les permite afirmar algo para luego enmendarlo sin pudor alguno aludiendo que nunca dijeron ‘digo sino diego’ o que no se referían a ‘esto sino a aquello’…
En tiempos de crisis brotan continuos movimientos solidarios, cadenas de ayuda cuyos eslabones son ciudadanos con recursos justos. Tal vez sea por eso que empatizan con mayor rapidez y son más sensibles, desprendidos y generosos. Aquellos que hablaban durante la última crisis económica de ‘apretarse el cinturón’, de bajar los sueldos amparados en una reforma laboral hecha a su ‘medida, los mismos que acabarán de nuevo enriquecidos y engrosando la lista de los más ricos cuando la pandemia pase, esos nunca harán cola ni tampoco presidirán iniciativa alguna en pro de los desfavorecidos… A ellos, más bien ellas, solo les veremos (enjoyadas, con abrigos de pieles y bolsos de Prada) allí donde la prensa conservadora les pida posar para la foto, interesados como están en que su ‘mano derecha sepa lo que hace su izquierda’…
Así que sí, convivimos con ‘pobres de solemnidad’ y con pobres estructuralmente pobres que ya lo eran, lo son y lo seguirán siendo a pesar de las redes solidarias…Hace más de una década Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en una de aquellas charlas ‘tan sabias’ que impartía a los jóvenes siguiendo una escenografía que intentaba emular a ‘Jesucristo y sus discípulos’: él de pié y los oyentes sentados en el suelo, a la altura de sus rodillas…Así, desde arriba, hablaba precisamente de la pobreza (lo cual no deja de ser chocante viniendo de uno de los sectores más ricos de la Iglesia) apuntando a las palabras de San Marcos (10, 22) diciendo: «Todos hemos dejado lo que teníamos, y a gusto, para seguir libremente al Señor. Lo mismo da que fuera mucho o que fuera poco, porque lo hemos dejado todo con igual intensidad […] «… Ni siquiera Escrivá logró sacar de sus casas a sus ricos numerarios para trabajar en favor de los marginados…Una cosa es cierta, ‘todo’, aunque se refiere la totalidad, ni tiene carácter universal ni es la misma para cada uno de manera que ‘mi todo’ no coincide con el todo de nadie… Pero vivimos en un mundo interconectado e interdependiente en el que todos necesitamos de todos. Seamos generosos…hasta dónde cada uno pueda…