#Fase-3

La ‘nueva normalidad’ no es una expresión tan nueva como parece pues ya fue acuñada anteriormente en el ámbito de la economía y el mundo de las finanzas para describir las nuevas condiciones financieras tras la pasada crisis de 2008 y las secuelas de la ‘gran recesión’. «Desde entonces, el término se ha utilizado en una variedad de contextos para dar a entender que algo que antes era anómalo ahora es común». Por otro lado, tampoco es una locución exclusiva de los españoles ya que también se utilizó en China en diferentes ocasiones, tras diversas depresiones y desaceleraciones de carácter económico.
La pandemia por covid-19 obligó a los diferentes gobiernos a romper la ‘normalidad’ hasta entonces vigente, tomando medidas rígidas y estrictas que obligaron a la población a permanecer confinada en sus domicilios y a seguir una severa disciplina y pautas de conductas a fin de evitar el contagio a toda costa. Si a nuestros abuelos (los de mi generación) les tocó sobrevivir a los estragos de la guerra civil, la escasez, el racionamiento y la represión impuesta por el franquismo, a nosotros, a nuestros hijos y nietos le ha caído el gordo del coronavirus: la clausura, la enseñanza a distancia, el aislamiento de la familia y los amigos, la penuria afectiva, la carencia de besos y abrazos, las relaciones on line y el uso de un complemento que ya comienza a causar furor entre las grandes firmas comerciales: la mascarilla…
Estamos al borde de la ‘nueva normalidad’. En sólo unos días podremos viajar por nuestra geografía y también por Europa. Poco a poco el gobierno ha abierto la mano al turismo, a los servicios, transportes y a la hostelería que intenta resistir y cubrir lo invertido en las reformas exigidas con la denominada ‘tasa covid’, una especie de impuesto directo que recae sobre los consumidores bien de manera explícita o implícita …Estamos bordeando el abismo y asusta mirar hacía las profundidades, porque no somos conscientes ni tenemos información sobre los peligros que nos acechan, ni las posibilidades de rebrote o repunte iclnuso antes del otoño…El caso es que ya comenzamos a funcionar en los espacios públicos de otra manera. Para empezar vamos siempre cubiertos con mascarillas, nos besamos solo en la intimidad, saludamos chocando los codos, aparcamos los carritos del supermercado en la frutería y hacemos cola para casi todo como consecuencia de la distancia social impuesta: la ley del ‘metro y medio…’, la misma que nos obligará a permanecer en una parcela delimitada en algunas playas o pedir hora a través de una apps para poder ir a bañarnos… A partir de ahora todos los caminos, además de conducir a Roma, deberán indicar con claridad tanto las entradas como las salidas…Y cientos de merodeadores vigilarán que la ‘nueva normalidad’ se respete por el bien de todos…
En el interín la comunidad científica se afana en encontrar una vacuna y desarrollar tratamientos eficaces y curativos. La OMS junto a renombrados epidemiólogos de todo el mundo, experimentan numerosos ensayos con este fin al tiempo que prosperan corrientes contrarias a la vacunación poniendo en movimiento falsas noticias sustentadas en diversas teorías de la ‘conspiración’ que, aunque parecen inspiradas en alguna peli de ciencia ficción, acaban sembrando dudas… Es lo que tiene la derecha, que cuando algo no le interesa que salga bien, no duda en optar por esta guerra sucia ni aún a costa de poner en peligro vidas humanas. En este sentido se pronunciaba hace poco el cardenal Cañizares, el mismo que tirando de fondo de armario se hizo retratar en plena magnificencia con la ‘capa magna’ (por cierto, fuera de servicio desde 1969) de color rojo, para presidir la investidura de algunos sacerdotes… (Vid. https://www.publico.es/actualidad/capa-magna-del-arzobispo-canizares.html). En la liturgia católica el rojo simboliza la sangre y la fuerza del Espíritu Santo de ahí que se use principalmente en las fiestas de la Pasión del Señor como el Domingo de Ramos y el Viernes Santo. Pues bien, como decía el Cardenal habló sin ningún reparo sobre las vacunas contra el covid afirmando que se hacen con fetos de abortos…Muy listo monseñor, así mataba dos pájaros de un tiro condenando lo uno y lo otro…Sea lo que sea lo que dijera y, aunque personalmente no me interesa, me llama poderosamente la atención que ‘estos monseñores’ sepan de todo y no tengan ningún reparo en hacer todo tipo de valoraciones como ‘expertos universales’ que conocen todas las materias sin que ninguna se les resista: medicina, epidemiología, derecho, política, feminismo, mujer, moda…Un poco ‘maestros liendres…’ alineados con la extrema derecha conservadora que le ‘baila el agua…’ Que digo yo que la Iglesia debería dedicarse a lo suyo, que la infalibilidad solo la tiene el Papa tanto en cuanto actúa como representante de Cristo, en lo demás no deja de ser sino un ser humano sujeto a cometer errores y tan incapaz como puedo serlo yo, de predecir el futuro…Ser ‘hombres de Cristo’ no les hace más inteligentes, ni más sabios…Como mucho más santos si se pusieran a ello aunque a veces ni eso… No obstante, envueltos en su ostentación suelen ser más atrevidos, vanidosos y soberbios a base de alimentar sus cuerpos y sus egos con prerrogativas, prebendas, viviendo rodeados de boato, lujo y comodidades que nada tienen que ver con la esencia de su mandato…
La polémica está servida…Las vacunas traerán cola y una larga contienda partidista y utilitarista por parte de quienes pretenden sacar partido de esta coyuntura preocupados por la ganancia que obtendrán para sí mismos…En medio del fuego a dos bandas quedaremos los ciudadanos de a pie, sin saber qué hacer ni para dónde tirar…Con el miedo en el cuerpo, a merced de unos cuantos tiranos, asusta viejos, aprovechados que sí o sí, sacarán tajada…fijo…Y después de toda esta reflexión no puedo dejar de preguntarme ¿en qué se diferenciará la nueva normalidad de la vieja? ¿En las mascarillas? … Yo ahí lo dejo…
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