‘Las libertarias…’ Porque las mujeres no debemos olvidar…

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En estos tiempos que corren, con el giro a la derecha pisándonos los talones, las mujeres más que nunca necesitamos recordar, echar la mirada atrás para no olvidar de dónde venimos y a dónde no queremos regresar. La Historia está llena de ejemplos y la entrada de hoy nos remonta a un tiempo que, ahora más que nunca, acude con frecuencia a nuestra memoria. Las mujeres hemos recorrido una larga trayectoria y ellas, nuestras predecesoras, corrieron muchos riesgos, han sufrido y padecido demasiado… No es baladí, por tanto, acudir a las ‘libertarias’ para recordar su lucha, quien sabe si mañana, otra vez la nuestra…

Durante los años inmediatamente anteriores a nuestra guerra civil aparecieron los primeros movimientos anarquistas que buscaban a abolir la dominación y la jerarquía. Vivieron en una España en la que se fraguaba un gran cambio que sucedió tras la proclamación de la Segunda República y el exilio del rey don Alfonso XIII. La falta de acierto -o de tacto- de los gobernantes, ‘agresivos’ ante la Iglesia y el Ejército pero ‘tímidos’ ante los chantajes económicos ( en opinión del historiador Pierre Vilar), recrudecieron los enfrentamientos y, entretenidos como estaba en ellos mismos, ‘los árboles no les permitieron divisar el bosque’… Y los militares se organizaron para dar el golpe de Estado…Así fue como el ‘gallego bajito y con bigote’ que se creía elegido por Dios, llegó al poder para quedarse durante más de 40 años…Porque, para colmo de males, nos salió longevo…

El anarcosindicalismo fue un movimiento que nació en 1936 y persistió durante los años de guerra hasta 1939. Aunque su ideario reivindicaba la igualdad de las mujeres, fueron ellas quienes pensaron que debían crear su propia organización, protagonizar, liderar y desarrollar sus capacidades y correr sus riesgos. Las mujeres venían de una situación de opresión, de una falta total de libertad ante el matrimonio, sin poder salir solas de sus casas sino era acompañada por algún varón… Por otro lado, en el ámbito laboral, eran explotadas y percibían la mitad del salario que los hombres… También fueron discriminadas entre sus iguales por su estatus económico pues, a las de clase media, se les permitieron ciertos derechos que para nada se hicieron extensivos a las clases trabajadoras.

Y en este clima nacieron las ‘libertarias’, cuyas fundadoras fueron todas activistas y estuvieron involucradas en los sindicatos, participando en las acciones de protesta. Muchas, casadas con sindicalistas, descubrieron muy pronto que la pretendida igualdad que sus maridos proclamaban en reuniones y en las calles a voz en grito, no eran sino consignas defendidas teóricamente, con la boca pequeña y de puertas afuera, porque de puertas adentro esa igualdad estaba bien vista para las esposas de los demás ero no para la propia… Otro feminismo de boquillas…Así que los hombres se tomaban en serio a las mujeres en los espacios donde se debatía para quedar bien (sin caer en el tópico, claro. No todos eran iguales). Les dieron voz, pero al llegar a casa enmudecían…Todo esto ocurría en el contexto de organizaciones como la CNT, cuyos integrantes sostenían la versión oficial de que los hombres y las mujeres debían ser tratados igualmente tanto en el hogar como en el movimiento….El enfoque de las Mujeres Libres no era feminista, ellas no adoptaron esa identidad sino que tomaron conciencia de que su situación y sus problemas eran inseparables de los problemas sociales de la época y presionaron con su movimiento para que se les reconocieran sus capacidades, organizando para ello, dicho movimiento.

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Portada revista

En 1934 fundaron la revista Mujeres libres utilizada como altavoz para la difusión de sus ideas. El movimiento creció y creció y para 1934 contaba con 20.000 integrantes. Se trataba de una revista para mujeres, escrita por mujeres que vetó la participación de los hombres (aunque hubo alguna excepción) Todo un logro. En mayo del 36 (poco antes de estallar la guerra) se publicó el primer número, de cuya primera página extraigo lo siguiente:

Sin que pretendamos ser infalibles, tenemos la certeza de llegar en el momento oportuno. Ayer hubiera sido demasiado pronto; mañana demasiado tarde. Henos pues, aquí, en plena hora nuestra, dispuestas a seguir hasta sus consecuencias últimas el camino que nos hemos trazado; encauzar la acción social de la mujer, dándola una visión nueva de las cosas, evitando que su sensibilidad y su cerebro se contaminen de los errores masculinos. Y entendemos por errores masculinos todos los conceptos actuales de relación y convivencia: errores masculinos, porque rechazamos enérgicamente toda responsabilidad en el devenir histórico, en el que la mujer no ha sido nunca actora [sic], sino testigo obligado e inerme…

El texto continúa (dejo la referencia al final de la entrada, merece la pena su lectura) y finaliza, esta sección, efectuando tres proclamas: «1.-Mujeres libres se proclama por una vida libre y digna, donde cada hombre -en sentido genérico- sea señor de sí mismo. 2.- Para descubrir nuevos horizontes, es preciso descubrir atalayas nuevas…(prosigue) 3.- Mujeres libres busca la recta infinita de la acción directa y libre de las multitudes a los individuos. Hay que edificar la vida nueva por procedimientos nuevos.»

La libertarias fueron conscientes, supieron de por dónde había que comenzar. Por eso dieron prioridad a la educación y a la formación como premisas imprescindibles. La mayoría de las mujeres eran analfabetas, la educación les aportó autoestima y capacitación para despertar la conciencia política. El movimiento creó escuelas de alfabetización e incluso escuelas de enfermeras para asistir a los heridos de la guerra.

También resulta interesante señalar, por lo novedoso, otros logros como la creación en Barcelona de la Casa de la dona treballadora; la campaña para la reinserción de las prostitutas; la creación de un sistema que facilitaba los cuidados de atención infantil para aquellas que ocuparan ciertos cargos como p. e. delegadas de la unión y organizaron programas de ayuda para la inserción en el trabajo, proveyéndolas de las habilidades necesarias.

Mujeres Libres, fue la única organización que permaneció autónoma de la CNT ( Confederación Nacional del Trabajo), AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores) o FOJL (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias) . Ojalá que sus logros no caigan en el olvido, por el contrario, que su ejemplo nos ayude a reflexionar sobre nuestro futuro y que su lucha y de tantas otras nos mantengan alerta para no dar ni un paso atrás.