
Seguro que todos y todas hemos oído hablar de Monet, Manet, Renoir o Degas, conocidos pintores impresionistas de los que incluso podríamos citar alguna obra… Pero ¿y si nos llegan nombres como los de Mary Cassatt, Marie Bracquemond, Berthe Morisot o Camille Pisarro? ¿Nos suenan? Puede que sí pero mucho menos…Ellas fueron pintoras impresionistas contemporáneas de los autores anteriormente citados, con los que compartieron amistad y exposiciones, aunque por cuestiones de género sus vidas y obras quedaron relegadas, cuanto menos, a un segundo plano…
Un ejemplo de cuanto acabo de decir, lo encontramos en Berthe Morisot nacida en Bourges, Francia, el 14 de enero de 1841, en el seno de una familia perteneciente a la alta burguesía. Su status socioeconómico le proporcionó una exquisita educación que le llevó a desarrollar el gusto por las artes y la música, por entonces (como ahora) sólo al alcance de quienes no necesitaban trabajar con urgencia para sobrevivir. Tanto Berthe como Ednam, su hermana, mostraron de inmediato aptitud e interés por la pintura, interés al que sumaron capacidad y creatividad, ingredientes determinantes para ejercer este noble arte. Ambas recibieron sus primeras clases de manos de Geoffroy-Alphonse Chocarne y Joseph-Benoît Guichard quien, por cierto, exponía en el Salón de París y animó a las jóvenes a visitar el Louvre para ejercitar con carboncillo, copiando algunas esculturas. La presencia asidua de las jóvenes y sus numerosos trabajos fueron recompensados y reconocidos en 1858, año en el que ambas entraron como copistas en Museo, donde conocieron a Henri Fantin-Latour y a Félix Bracquemond, gracias a los cuales las hermanas Morisot comenzaron a recibir clases de Achille Oudinot al que gustaba trabajar con sus alumnos al aire libre.
Oudinot les puso en contactos con pintores y pintoras a través de las cuales ambas se abrieron paso en el universo bohemio de la época, conformado por numerosos artistas hambrientos de fama, entregados en cuerpo y alma a la pintura…Berthe pintaba y tomaba apuntes para no dejar escapar ninguna idea. Así transcurrió el tiempo hasta que en 1864, en el Salón de París, se celebró su primera exhibición que prosiguió de forma ininterrumpida hasta 1874 en la que expuso su obra más famosa, La cuna, pintura que lució junto a otras obras impresionistas de colegas contemporáneos. Esta obra se conserva actualmente en el Museo d’ Orsay, París.

Edma, su hermana, abandonó la carrera tras contraer matrimonio en 1769 con un oficial de la marina, Adolphe Pontillon. Berthe continuó en solitario hasta 1873, año en el que se incorporó definitivamente a la vanguardia emergente que luego acabaría denominándose Impresionismo. La temática de su pintura refleja, sobre todo, escenas desarrolladas en ambientes domésticos y familiares en las que aparecen su hermana y sus hijos como principales protagonistas. En 1868 conoció y entabló amistad con Edouard Manet y a través de él, conoció a su hermano Eugéne, con el que se casó en 1874.

La pintora fue sin duda, la que en realidad influyó sobre Manet para que se incorporara a la nueva corriente, aunque él no se consideró impresionista. Morisot posaría para él en el famoso cuadro, El balcón, obra que también alberga el Museo d’Orsay. El cuadro fue presentado en el Salón de París en 1875. Manet y Morisot, mantuvieron una estrecha relación artística toda la vida, que se consolidó tras el matrimonio de Berthe con Eugène Manet. Berthe, al igual que otras pintoras de la época como Mary Cassatt o Marie Bracquemond, fueron relegadas a la categoría de ‘mujeres artistas’ pues en la temática de sus obras predominaron escenas de la vida cotidiana doméstica y familiar, un argumento pobre e inconsistente pues pintores masculinos como Degás o Monet, con quienes compartió determinadas sinergias, también pintaron bailarinas, escenas de carreras de caballos o niños… No obstantes, estos y otros autores obtuvieron mayor reconocimiento por el hecho de ser hombres. Penetrar en los ámbitos dominados por lo masculino, constituyó (y me atrevo a decir que ‘constituye’) todo un reto.

A lo largo de toda su vida, Morisot mantuvo una relación constante con los pintores impresionistas a los que reunía en su casa junto a otros artistas e intelectuales de la sociedad de su tiempo. Respecto a su biografía personal, Berthe padeció una etapa dolorosa que siguió a la muerte de su gran amigo Eduard Manet en 1883, tras la cual organizó una exposición con la ayuda de Claude Monet, Émile Zola y otros artistas en memoria de su querido amigo. Casi diez años después, en 1892, moría su esposo y su hermana, lo que la obligó a criar sola a su hija Julie. El 2 de marzo de 1895, con 54 años, Berthe Molisot moría en París. Sus restos descansan en el cementerio parisino de Passy. Aunque sus cuadros no se cotizan como los de sus contemporáneos masculinos, en la actualidad se han revalorizados y superan los cuatro millones de dólares. La historia de Molisot coincide con la de otras mujeres artistas, científicas o escritoras condenadas a la marginación y discriminadas por cuestión de género. Afortunadamente, sus relatos e historias de vida cobran relevancia en el marco de la actual historiografía, interesada en visibilizarlas y otorgarles el lugar que les corresponde en la Historia.
En la actualidad, algunas de sus obras se pueden contemplar en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, España. Más información sobre esta colección: https://www.museothyssen.org/coleccion/artistas/morisot-berthe (también se puede visitar on line)
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